lunes, 22 de septiembre de 2008

Natural y eternamente intolerantes

El ser intolerante y conflictivo es algo que los seres humanos han sabido desarrollar aun más que la sapiencia, que curiosamente debería estar mas desarrollada desde que en Biología, nuestra especie recibe el nombre de Homo-sapiens (ya saben, hombre que piensa).

Pero ¿Cuál es el problema? ¿Por qué el ser humano es tan intolerante? Por las mismas normas y patrones de conducta que el mismo ha definido e impuesto a lo largo de su ya prolongada existencia. A estas alturas seguramente se preguntara ¿y como sucedió? Como ya lo habíamos definido, el hombre “piensa” y con esto se gana varias habilidades, una de ellas “clasificar”, dividir y asignar, así como lo haría un niño de kínder Garden al elegir cubos de colores con sus favoritos dentro de un cubo; el punto es que se nos da tan bien desde tan pequeños.

Eso es exactamente lo que ha hecho y continúa haciendo la sociedad, jerarquizar e imponer, jugar con la mentalidad de los sumisos. Y es por eso que si un libro nos habla sobre el origen del hombre mencionando a dos personajes principales que son un hombre y una mujer, se considere una aberración el hecho de ver a un hombre con otro como pareja, o una mujer con alguien de su mismo sexo como en el caso anterior, en resumen, homofobia ¿culpables? Haga la matemática.

Otro ejemplo, la historia nos ha revelado que las personas de color siempre fueron explotadas y utilizadas como esclavos por ser una raza fuerte y resistente a tareas pesadas. ¿Quiénes asignaban las tareas? Las personas en el poder, reyes, príncipes, emperadores, con rasgos generalmente distintos a los de la gente del pueblo que dominaban. Lo curioso es que ahora nos podemos preguntar ¿Por qué en EUA hay tan pocos lideres negros? Racismo, otra forma de intolerancia, paradigma que no ha cambiado con el paso del tiempo.


Yo ser verde, tú ¿discriminarme?


¿Quieren más lecciones de historia? Hablemos de la inquisición. Que no eran más que varias instituciones dedicadas a la supresión de la herejía en el seno de la Iglesia Católica. En los inicios de la Iglesia la pena habitual por herejía era la excomunión. Cuando los emperadores romanos convierten el cristianismo en religión estatal en el siglo IV, los herejes empiezan a considerarse enemigos del Estado y con ello su persecución y aniquilación de forma cruel, ¿recuerdan las cruzadas? Esto señores, nuevamente es otro tipo de intolerancia, la de carácter religioso, cuestión que sigue vigente aunque obviamente sin llegar a golpes ni muerte ¿no me cree? Pregúntele a su vecino si nunca ha cerrado la puerta, gritado o insultado a un testigo de Jehová, vera que si.

La intolerancia resulta ser cualquier actitud irrespetuosa hacia las opiniones o características diferentes de las propias. En el plano de las ideas, por ejemplo, se caracteriza por la perseverancia en la propia opinión, a pesar de las razones contra ella. Vamos, es la necedad en el mantenimiento de las propias ideas o características, que se tienen como absolutas e inquebrantables.

Las múltiples manifestaciones de este fenómeno poseen en común la elevación como valor supremo de la propia identidad, ya sea étnica, sexual, ideológica o religiosa, desde la cual se justifica el ejercicio de la marginación hacia el otro diferente.

El intolerante considera que ser diferentes equivale a no ser iguales en cuanto a derechos. Lo peor es que como vimos, no es un problema reciente relacionado con los gustos musicales o formas de vestir que tanto auge tienen actualmente, se trata de un problema que viene desde nuestros orígenes como seres sociales y que nos demuestra que una idea es inmortal en el paso del tiempo.

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